¿Cómo definir la misión empresarial?
Definir la misión empresarial consiste en una declaración del propósito general de la compañía y de sus objetivos en un plazo de tiempo definido.
Uno de los elementos más importantes de cualquier negocio es la misión empresarial: la idea común que gobierna todas las acciones de la misma.
La formulación de una misión empresarial comprende tres elementos fundamentales: un horizonte temporal sobre el que se desarrollarán los objetivos, la determinación del cliente ideal frente al actual y la reflexión sobre el campo de negocio cubierto y su proyección en el futuro.
La misión de una empresa debe englobar su historia, las preferencias de sus directivos, su entorno de mercado, sus recursos y estrategias, así como sus ventajas competitivas.
Para la formulación de objetivos es imprescindible la identificación de cuatro aspectos:
1. Las oportunidades, como los nuevos mercados, los grupos adicionales de clientes, la ampliación de la cartera de productos, la identificación de nuevas necesidades, el crecimiento del mercado y la diversificación e integración de mercados exteriores.
2. Las fortalezas, que incluyen la identificación de capacidades, los recursos financieros, las habilidades y tecnología disponibles, las mejoras y ventajas sobre el costo de fabricación/venta de productos, el acceso a economías de escala, la ventaja en la curva de experiencia, la innovación, la imagen frente a los consumidores, la diferencia de nuestra propuesta valor, mejores campañas publicitarias, estrategias específicas, y la flexibilidad y capacidad de organización.
3. Por otra parte, las amenazas para nuestro negocio abarcan los nuevos competidores, los productos sustitutos, el lento crecimiento del mercado, los cambios en las necesidades de nuestros clientes, la vulnerabilidad ante recesiones económicas, el tipo de cambio y las políticas comerciales adversas, así como incremento a las barreras y costos de comercialización.
4. En último lugar, hay que considerar las debilidades, como lo son la ausencia de una dirección clara de la empresa, la incapacidad financiera en caso de cambiar de estrategia, la falta de habilidades, el atraso tecnológico, una menor rentabilidad, una imagen de mercado débil, así como una red de distribución deficiente, el exceso de problemas operativos, instalaciones obsoletas, y falta de experiencia y talento en general.
La determinación de estos factores nos ayudará a conocer de manera cabal la circunstancia de nuestra empresa, definir con precisión nuestra propuesta de valor y encontrar una misión factible que vaya acorde tanto a las necesidades de nuestros clientes como a lo que podemos ofrecer en relación al mercado.
Es importante recordar que la planeación estratégica de nuestro negocio debe realizarse siguiendo la jerarquía de cada sección, por lo que lo que debe existir una misión general para la empresa, así como una misión específica que coordine al resto de las áreas funcionales.
Tipos de objetivos en la misión empresarial
Por último, los objetivos de cada misión empresarial pueden clasificarse en:
a) Objetivos de relaciones: Comprenden la creación e intensificación de vínculos con el cliente, proveedores y distribuidores.
b) Objetivos comerciales: Abarcan el aumento de ventas, y todo lo relacionado con las 4 P’s: precio, producto, punto de venta y promoción.
c) Objetivos económicos: Tratan sobre la rentabilidad y el incremento neto de beneficios cuantificables.